* Esta sección puede tener spoilers *
Después de contárselo, puso una cara muy seria y me dijo algo que no creo que olvide durante este semestre o jamás:
–Charlie, aceptamos el amor que creemos merecer.
–Te odio.
Lo dijo de forma distinta a como se lo había dicho a mi padre. A mí me lo decía en serio. Muy en serio.
–Te quiero –fue lo único que pude decir en respuesta.
Cuando la canción terminó, dije algo:
–Me siento infinito.
Y Sam y Patrick me miraron como si hubiera dicho lo mejor que habían escuchado nunca.
Era como son siempre las fotos antiguas. Las fotos antiguas parece que son muy toscas y juveniles, y la gente de las fotos siempre parece mucho más feliz que tú.
Sam y Patrick me miraron a mí. Y yo los miré a ellos. Y creo que ellos comprendían. Nada en concreto, en realidad. Simplemente, comprendían. Y creo que es todo lo que puedes llegar a pedirle a un amigo.
Después de aquello no podía creer que Sam realmente tuviera un regalo para mí, porque de verdad que aquel “te quiero” me lo pareció.
Y me besó. Fue el tipo de beso del que nunca podría hablar en voz alta con mis amigos. Fue el tipo de beso que me hizo saber que nunca había sido tan feliz en toda mi vida.
No sé si alguna vez has sentido algo así. Que querrías dormir durante mil años. O simplemente no existir. O no ser consciente de que existes. O algo parecido.
–No, en serio, ¿qué te pasa?
–No lo comprenderías.
–Podría intentarlo.
No sé durante cuánto tiempo puedo seguir manteniéndome sin un amigo. Antes podía hacerlo fácilmente, pero eso era antes de saber cómo era tener un amigo.
Las cosas cambian. Y los amigos se van. Y la vida no se detiene por nadie.
Conduje a casa escuchando algunas de las canciones que escuchábamos aquellos días en los que éramos infinitos.
Lo único que me importó fue que le hayan hecho sufrir. Y creo que me di cuenta en ese momento de que realmente la quería. Porque no salía ganando nada, y no me importaba.
–Charlie… Quiero darte las gracias.
–¿Por qué? –dije.
–Porque ha sido una experiencia maravillosa enseñarte.
Y creo que todo el mundo es especial a su manera. Lo creo de verdad.
Las bromas privadas ya no eran bromas. Se habían convertido en historias.
No sé. Supongo que siempre habrá alguien a quien culpar.
Esa fue la parte más increíble. Que todo continuaba. No hablamos de nada serio ni superficial. Sólo estábamos juntos. Y eso bastaba.