* Esta sección puede tener spoilers *
Volví a aspirar y me di cuenta de que el amargo olor a miedo emanaba de mí.
–Eres increíble –me dijo él.
–¿Eso es bueno o malo?
–Bueno.
Me faltaban conocimientos, pero estaba dispuesta a aprender.
–El problema de los rumores es... –susurré, jadeando–... que resulta difícil discernir la verdad de las mentiras.
–Tal vez la próxima vez, falle. Cuando me advertiste que me pondrías a prueba de vez en cuando, pensé que hablabas sobre la comida. Sin embargo, parece que hay más de una manera de envenenar a una persona.
–Estás muy guapo –dije sin pensar. Entonces, me sonrojé vívamente. Debía de haberme tragado más brandy de lo que había pensado.
–¿De verdad? –replicó. De repente, pareció sentirse más cómodo y esbozó una sonrisa.
–Sí.
¿Por qué no había aprendido ya? En mi experiencia, las personas se convertían en monstruos.
–Resulta difícil confiar y mucho más saber en quién hacerlo –dijo.
–Y mi experiencia ha sido horrenda. Es una de mis debilidades.
Cuando creía que ya lo conocía, él volvía a sorprenderme.
–La mente controla el cuerpo. Si creyeras que vas a morir, habrías muerto sólo por esa creencia.
–Yelena, me has estado volviendo loco. Me has causado considerables problemas y he pensado en quitarte la vida en dos ocasiones desde que te conozco –confesó. El hecho de sentir su aliento contra la oreja me provocó un escalofrío por la espalda–. Sin embargo, te me has metido muy dentro y me has robado el corazón.
Aunque estábamos tumbados sobre sucia paja y nos enfrentábamos a un futuro incierto, un profundo zumbido de felicidad vibraba por todo mi cuerpo.
–¿Hay algo más que no me hayas dicho?
La cabeza empezó a darme vueltas. Habían ocurrido tantas cosas... La muerte era una posibilidad muy real. Quería que Valek supiera lo que sentía.
–Te quiero.
–Una orden de ejecución no nos ha conseguido separar antes. No lo va a conseguir ahora. Estaremos juntos.
–¿Es una orden?
–No, una promesa.