* Esta sección puede tener spoilers *
–Si vais a besaros, hacedme el favor y decídmelo para que mire a otro lado –dice Christina.
–Vamos a besarnos –responde Tris, y lo hacemos.
–¿No vas a echar nada de menos? ¿Ningún recuerdo agradable? –pregunta, dándome un codazo.
–Vale, unos cuantos –reconozco, sonriendo.
–¿Alguno que no tenga que ver conmigo? Eso ha sonado muy egocéntrico, pero ya sabes a qué me refiero.
–Claro, supongo –respondo, encogiéndome de hombros.
Ahora que mis pies me han salvado tantas veces, no puedo evitar ver el acto de correr y luchar como lo que son: una forma de escapar del peligro y seguir con vida.
Sé un par de cosas: sé que no estoy sola, que tengo amigos y que estoy enamorada; sé de dónde vengo; y sé que no quiero morir, y, para mí, eso es más de lo que podía decir hace algunas semanas.
Pedirme ver mis genes es casi como pedirme que me desnude
–Te sorprenderían las agallas que puede tener una persona cuando no le queda más remedio –responde Tris.
Noto una punzada en el pecho: tiene razón, la desesperación te empuja a hacer cosas sorprendentes. Los dos lo sabemos.
Sin embargo, lo único que dice es:
–¿Puedo besarte?
–Sí –respondo, aliviada.
–Hay un viejo dicho: el conocimiento es poder. Poder para hacer el mal, como Evelyn…, o poder para hacer el bien, como nosotros. El poder en sí no es malvado, así que el conocimiento en sí tampoco lo es.
–Vale, iré, pero no pienses ni por un segundo que me creo que lo único que le interesa de ti sea tu código genético.
–Bueno, no creas ni por un segundo que estoy interesado en alguien que no seas tú.
–¿Sabes lo que me dijo mamá una vez? –me pregunta, y pronuncia la palabra “mamá” como si no la hubiese traicionado, lo que me hace apretar los dientes–. Me dijo que todo el mundo tiene una parte mala, y que el primer paso para amar a alguien es reconocer esa maldad dentro de nosotros, de modo que podamos perdonar.
Su ausencia es lo que más me hiere.
–Es la abnegada que llevas dentro –comenta Amar–. Por eso odias ese lugar, lo noto.
–Es por muchas cosas que llevo dentro.
¿Cómo es que nunca me había dado cuenta de que, además de su lado fuerte y de su lado amable, también había un lado dolido y roto?
–Si seguimos juntos, tendré que perdonarte una y otra vez, y si todavía estás interesado, tendrás que perdonarme una y otra vez. Así que la clave está en el perdón. Lo que de verdad debería estar intentando averiguar es si todavía somos buenos el uno para el otro.
Me enamoré de él, pero no me quedo con él por inercia, como si no hubiera nada más a mi disposición. Me quedo con él porque así lo decido todos lo días al despertarme, todos los días que nos peleamos, nos mentimos o nos decepcionamos. Lo elijo a él una y otra vez,y él me elige a mí.
–Lo somos –respondo–. Creo que sigues siendo la única persona lo bastante fuerte como para darme fuerzas.
–Lo soy –responde con voz ronca.
Y lo beso.
–No es una situación perfecta –sigo diciendo, suspirando–, pero cuando tienes que elegir entre dos opciones malas, eliges la que salva a la gente a la que quieres y en la que más confías. Lo haces y punto. ¿Vale?
–¿Qué se hace cuando tus padres son malvados? Te buscas unos nuevos. Si uno de ellos no arrastrara el pasado que tanto les pesa, a lo mejor los dos son capaces de negociar un acuerdo de paz o algo parecido.
–Tú nunca te lo creíste –sigue diciendo–. Ni por un segundo. Siempre insististe en que yo era… No sé, una persona completa.
–Nadie me lo había dicho nunca –responde en voz baja.
–Te mereces oírlo –afirmo con los ojos vidriosos de lágrimas–. Te mereces oír que eres una persona completa, que mereces ser amado, que eres la mejor persona que he conocido.
Pertenezco a la gente que amo, y ellos me pertenecen; ellos y el amor y la lealtad que les debo es lo que forma mi identidad más allá de lo que pueda hacerlo cualquier palabra o grupo.
No puedo hacer nada más que permanecer inmóvil; es como si así impidiera que sea cierto, como si fingiera que todo va bien.
–Sé lo que es desear olvidarlo todo –me dice–. También sé lo que se siente cuando alguien a quien quieres muere sin ningún motivo, y sé lo que es desear renunciar a todos los recuerdos de esa persona a cambio de un momento de paz.
A lo mejor con las personas pasa como con la piel de las manos: que se endurecen después de sufrir mucho dolor.
En este mundo hay muchas formas de ser valiente. A veces, la valentía implica dar la vida por algo más importante que tú o darla por alguien. A veces implica renunciar a todo lo que has conocido o a todos los seres queridos por un bien mayor.
Pero no siempre es así.
A veces no es más que apretar los dientes para soportar el dolor y el trabajo de cada día, y así caminar poco a poco hacia una vida mejor.
–Creo que no soy capaz de hacerlo –digo, y aunque no se me quiebra la voz, me tiembla todo el cuerpo.
–Claro que puedes. Eres Cuatro, ¡la leyenda osada! Eres capaz de enfrentarte a cualquier cosa.
–Sí, a veces la vida es un asco –responde ella–, pero ¿sabes por qué la aguanto?
Arqueo las cejas.
Ella también las arquea, imitándome.
–Por los momentos que no son un asco –explica–. El truco es fijarse en ellos cuando aparecen.
Pero ahora estoy aprendiendo algo nuevo: que podemos sanarnos. Sanarnos los unos a los otros.
¿Leyeron el libro?
¿Cuál es la frase que más les gustó?
¡Hola! Qué ganas tengo de leerme este libro *.*
ResponderEliminarHe leído alguna por encima no sea que me spoilee jaja
Un beso!!
Hola :D En serio deberías leerlo, a mi me encantó!
EliminarJajaja de todas maneras no he puedo ninguna frase donde esté el GRAN spoiler
Hola :) Tengo que leerme esta saga de una vez. Tengo el primer volumen muerto de risa en mi estantería, algún día tendre que ponerme a ello. Lo peor es que creo que me va a encantar. Un besin^^
ResponderEliminar¡Holaaa! Siii, en serio no te vas a arrepentir de haberle dado una oportunidad. A mi me gustan muchísimo y en serio espero que a ti también :)
EliminarMe encanta, gracias <3
ResponderEliminarQué bueno que también te encanteee :D
EliminarGracias por leer!